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Muere Eugenie Blanchard, la decana de la Humanidad, a los 114 años

  • Esta monja francesa vivía en la isla de San Bartolomé, en las Antillas
  • Consagró su vida a Dios y era conocida por dar dulces a los niños
  • Ahora la persona más longeva será una estadounidense de 114 años

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La mujer más longeva del mundo, en el hospital donde vive.
La mujer más longeva del mundo, en el hospital donde vive.

La persona más longeva del mundo, la monja francesa Eugenie Blanchard, ha muerto a la edad de 114 años en la isla caribeña francesa de San Bartolomé.

Blanchard nació el 16 de febrero de 1896, cuando la ópera La Boheme estaba en su primera temporada y cuando acababa de descubrirse la primera máquina de rayos X.

La fallecida fue declarada la mujer más longeva del mundo tras la muerte de la japonesa Kama Chinen el pasado 2 de mayo, poco antes de su 115 cumpleaños.

Blanchard murió poco después de las tres de la mañana (08:00 hora peninsular española) en el hospital de Gustania, la capital de la isla caribeña donde residía, según han informado fuentes locales a AFP.

Según el Grupo de Investigación Gerontológica (GRG), el organismo internacional que fija quién es la persona más vieja del mundo, a Blanchard le sustituirá una mujer estadounidense de 114 años residente en texas, Eunice Sanborn.

Eugenie salió de su isla natal de San Bartolomé -un enclave francés situado a 250 kilómetros de la isla antillana de Guadalupe- para cumplir su vocación católlica en Curaçao, una rica colonia holandesa situada junto a las costas de Venezuela.

A su vuelta a la isla adquirió el apodo de 'La Douchy', dulce en papimento, la lengua criolla de las Antillas Holandesas. Este sobrenombre se lo pusieron por los dulces que les daba a los niños de San Bartolomé a cambio de que participasen en lecturas de la Biblia o parábolas evangélicas.

La mujer de los bombones

"Cuando volvió a San Bartolomé, ya jubilada, le daba bombones a los niños y les decía "dulces, dulces" y el nombre se le quedó", ha recordado uno de sus sobrinos nietos, Daniel Blanchard, antiguo alcalde de San Bartolomé.

Para su sobrino nieto, el secreto de la longevidad de sus tía fue "que consagró su virginidad a Dios".

Tras pasar mucho tiempo como vecina de una de las pequeñas casas típicas de la isla, Blanchard residió durante treinta años en el hospital de Bruyn, una pequeña ciudad portuaria de San Bartolomé.

"Entró en 1980 en nuestro establecimiento, se conservaba en buen estado aunque poco a poco empeoró", declaraba en mayo Pascal Brochet-Legrix, adjunto al director del hospital.

"Es una mujer que consagró su larga existencia a hacer el bien a todos y nos ha dejado", ha recordado el presidente de la región de Guadalupe, de la que depende la isla.