Mantener agapornis felices en casa, un reto más complejo de lo que la mayoría cree

Cuatro ejemplares de agapornis roseicolis.
Cuatro ejemplares de agapornis roseicolis.
GTRES
Cuatro ejemplares de agapornis roseicolis.

Los agapornis, vulgarmente conocidos como inseparables, son aves psitácidas (comúnmente conocidas como loros) que proviene de África. Existen un total de nueve especies de agapornis, pero solo tres de ellas son típicas como animal de compañía en España: la Roseicollis, la Fischeri y la Personatus.

Dentro de la multitud de especies de loros que existen y que viven en cautiverio, los agapornis son posiblemente unos de los más conocidos y más fáciles de tener en casa, aunque, como animales salvajes que son, requieren de unas condiciones específicas para vivir plenamente y desarrollarse correctamente. 

"Es posible tenerlos en casa pero, cuando viven con nosotros, como cuidadores nos presentan muchos retos que son complicados de satisfacer", cuenta Roger Valls, cofundador de la asociación Avetropic, cuya misión es salvaguardar el bienestar de las psitácidas (conocidas comúnmente como loros) que viven en condiciones de cautividad, así como contribuir a la conservación de aquellas que hacen lo propio en vida silvestre.

Cuidados básicos de los agapornis

Los agapornis son animales que pueden ser alimentados con piensos siempre y cuando se complementen con frutas, hortalizas o incluso legumbres cocidas, pasta o arroz (siempre en las cantidades adecuadas que nos indique un especialista, dependiendo del tamaño del ave y de su actividad física diaria).

"Al margen del tema alimentario, hay que tener claro que los agapornis son animales muy activos, súper inteligentes y sociales, por lo que deberíamos proporcionarles un grupo con el que convivir", explica Valls. "Cuando más amplio, complejo y maduro sea éste, mejor, y será mucho más beneficioso para el ave que tener uno o dos en una jaula, como es típico de ver en España".

Obviamente, si queremos tener un grupo de cuatro a seis agapornis debemos tener un espacio lo suficientemente amplio para poder tenerlos, ya que sería un auténtico maltrato tenerlos en una jaula pequeña donde no puedan desarrollar actividades como el forrajeo (búsqueda de comida), volar o interactuar con su entorno.

"Si queremos tenerlos en casa, habría que intentar proporcionarles espacios más grandes a los usuales, por ejemplo en el jardín o en el patio, incluso, si nos sobra una habitación, dejárselas a ellos", explica el fundador de Avetropic. "Cuando tienen pocas cosas que hacer tienden a mostrar una hipersexualidad y a buscar la forma de reproducirse, pudiendo romper la armonía del grupo", añade.

Valls enfatiza en este punto ya que considera que un espacio amplio equivale a más agapornis y, por tanto, a más estímulos para que el animal esté sano. "A aquellos que poseen un agapornis les aconsejaría que amplíen su espacio vital y le presenten a un compañero para que vayan socializando poco a poco y formen grupo entre ellos", concluye.

Si estás pensando en tener agapornis o ya los tienes en casa, la página web de Avetropic es un buen recurso para recabar más información sobre cómo mantener estas coloridas aves y otras psitácidas en condiciones óptimas.  

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